Paseando por las muy humildes calles de Acapulco, puedes encontrarte con
una variedad de muy buenos paisajes, buenos restaurantes en donde puedes probar
la gran variedad de mariscos y platillos extranjeros, hoteles de lujo, tiendas
departamentales, etc. Lamentablemente la realidad en “aquellas” calles (porque
no quiero especificar cuáles), es un poco, muy distinto ha como las pinta el
gobierno del estado, por eso quiero contar una anécdota:
Esta es la historia, del tipo que nunca encontró un cesto de basura.
"Iba caminando por ahí, por una calle conocida de Acapulco, muy
cerca de la costera, cuando el helado que felizmente venía consumiendo, de
pronto se acabó. No sabía qué hacer con tal recipiente donde contenía mi
helado, así que, como buen ciudadano me empeñé a la búsqueda de algún
contenedor de basura en donde depositarlo, era un día soleado del domingo y
habían pasado como 15 minutos y aun no encontraba tal contenedor de basura, poco
después me di cuenta de que habían pasado aproximadamente 40 minutos y sin resultado
alguno de algún contenedor de basura, mire exhaustivamente hacia un hoyo
que se encontraba en mi camino, al parecer era de algún tipo de conexión eléctrica
que utilizan las lámparas de luz que iluminan a la costera, mire en él, casi
entre cerrando los ojos por el sudor que corría por mi frente, cuando fui encontrando algunos restos
de basura, como vasos, papel sanitario y bolsas de frituras. Cuando lentamente
fui levantado mi mano izquierda y mire mi vaso del helado, por un momento quise
dejarlo ahí dentro y dejar que los demás se encargaran de él, pero pensé -¿Qué
será de mí, el día de mañana, puede ser que yo muera más rápido que ese pedazo de
platico y quizás mis hijos huelan el polvo de las porquerías que hoy estoy
dejando? ¡Eso los perjudicaría en su salud!, y entonces... ¿Qué clase de padre
sería?- pensé. Acto seguido, tomé fuerzas para poder seguir caminando, y me dispuse
a buscar un contenedor de basura en donde depositar mi vaso vacío, donde alguna
vez hubo helado."
Yo fui testigo de esa
historia, historia de un amigo a quien le agradezco su participación. Es increíble
que hoy en día todavía carezcamos de cultura, tomar conciencia –que no nos
cuesta mucho-, de depositar la basura en donde va, que aun haya fallas en el control
de la basura que hay en el puerto, porque el problema es grande y está en
nosotros, no es suficiente que el camión de la basura pase diario por las todas
colonias, porque de todas formas el vecino tira la basura en puntos de la calle
en donde dura días con olores insoportables, y se cree que el camión de la
basura se tomara la molestia de levantarla y llevársela, la mayoría de las
veces no es así. No tenemos la cultura para enseñarles a nuestros hijos, ha no
solo extinguir la basura -porque eso no sucederá-, sino a controlarla, depositándola
en un lugar clave, para que no siga reproduciéndose en lugares en donde no
debe, playas, ríos, calles, coladeras, y hasta en el mismo parque en donde
juegan, no me van a dejar mentir, siempre hay basura tirada y es un gran
problema créeme, siempre se empieza de poco a poco, pero de poco a poco se les
enseña algo que el día de mañana los hará grandes como personas.